Sabemos que es imposible no producir residuos durante los procesos de producción, pero si también que hay que actuar para reducirlos en su origen, y  en su tramo final para que no terminen su vida siendo un contaminante más del medio natural

Y es por eso por lo que cada días investigamos más sobre el tratamiento de estos residuos, con métodos de reciclaje, valorización, reutilización, etc, llegando a concluir en estudios tan interesantes como este:

Un equipo de científicos de la Universidad de Purdue, West Lafayette de Indiana (EE.UU.) ha ideado una técnica de reciclaje que convierte los residuos de espuma utilizados en el embalaje en electrodos de carbono de alto rendimiento para baterías de iones de litio recargables.

Este método es otro ejemplo de reutilización eficiente de residuos, ya que estos pequeños objetos de espuma se utilizan para proteger los envíos en todo el mundo pero solo se recicla el 10% de su totalidad.

“Recibimos un montón de cacahuetes de embalaje mientras configuramos nuestro nuevo laboratorio y el Profesor Vilas Pol propuso hacer algo útil con estos tacos de relleno para embalaje”, explica Vinodkumar Etacheri, coautor del estudio.

Debido a que ocupan un gran espacio de almacenamiento su reciclaje no suele ser una buena inversión, por lo que suelen acabar sus días en vertederos donde permanecen durante décadas, contaminando los ecosistemas acuáticos y del suelo, una amenaza, sobre todo, para los animales marinos.

El nuevo método ideado por los científicos resulta un “proceso barato, ambientalmente benigno y potencialmente práctico para la fabricación a gran escala. Los análisis microscópicos y espectroscópicas demostraron que las microestructuras y morfologías responsables de un mejor rendimiento electroquímico se conservan después de muchos ciclos de carga-descarga”, aclara Etacheri, evidenciando que estos nuevos ánodos pueden cargarse más rápido y ofrecer una mayor capacidad específica en comparación con los ánodos disponibles actualmente (que también son 10 veces más gruesos).

Las baterías tienen dos electrodos, llamados ánodo y cátodo. Los ánodos en la mayoría de las baterías de iones de litio de hoy en día están hechos de grafito.

Los iones de litio están en el electrolito y estos iones se almacenan en el ánodo durante la recarga. Ahora, han demostrado un método para utilizar este tipo de residuo de embalajes, en la fabricación de baterías recargables.

Durante sus exhibiciones, los ánodos procedentes de la espuma de embalaje mostraron una capacidad máxima específica de 420 mAh/g (miliamperios hora por gramo), en comparación con los 372 mAh/g del grafito, el cual es el más utilizado actualmente.

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